PERROS EN EL PARAISO
Cuando los perros se van al cielo, no necesitan alas porque Dios sabe que ellos prefieren correr.
Él les da campos, jardines y prados, porque cuando un perro recién llega al cielo el sólo corre.
El paraíso de los perros tiene lagos grandes de aguas claras, llenos de patos y gansos que cantan,
que baten sus alas y que juegan. A los perros les encanta: corren al lado del agua, y ladran y ladran,
y Dios los mira desde atrás de un árbol y sonríe.
Allí hay niños, por supuesto, niños ángeles. Dios sabe que los perros aman a los niños más que nada en el mundo,
por lo tanto Él llena el Paraíso de los Perros con muchos niños. Hay niños en bicicletas y niños en patines.
Hay niños arrojando una pelota, y niños elevando papalotes a través de las nubes. Los perros están allí y los niños los aman.
Ah! Y las galletas de perros. Galletas y más galletas, tantas como podamos ver.
Dios tiene sentido del humor y hace Sus galletas con divertidas formas para Sus perros.
Hay galletas con formas de conos de helado, de hueso, de salchicha y de sandwich de jamón.
Cada ángel que pasa tiene una galleta para un perro. Y, por supuesto,
todos los perros de Dios se sientan cuando los ángeles dicen «sentado».
Cada perro es un buen perro en el Paraíso de los Perros.
Por las noches, cuando los perros están cansados de correr, jugar, ladrar y comer galletas, Dios,
da vuelta hacia afuera las nubes para hacer camas blanditas para los perros. En el Paraíso de los Perros,
los perros se dirigen a sus camas de nubes para dormir. Ellos giran una y otra vez sobre la nube… hasta que está bien,
y entonces se acurrucan y duermen. Dios los cuida, a cada uno de ellos… y no hay pesadillas.
Los perros en el Paraíso de los Perros casi siempre han pertenecido a alguien en la Tierra y por supuesto, los perros lo recuerdan.
El Paraíso está lleno de recuerdos. Por eso a veces un ángel llevará un perro de vuelta a la Tierra en una corta visita.
Silenciosa e invisiblemente, el perro dará un húmedo lenguetazo al que fuera su humano amigo, olfateará su antiguo patio,
investigará al gato del vecino, seguirá al niño hasta la escuela, se sentará en el frente de su casa y esperará al cartero.
Cuando se haya cerciorado de que todo está bien, el perro regresará al Paraíso con el ángel, que es a donde pertenecen los perros,
cerca de Dios que es Quien los hizo.